Quisieron.

Llegaron al “Coliseum” con la cabeza alta y con la seguridad de que podían ganar. Así lo hicieron, jugaron, confiaron en sus posiblidades y ganaron el partido. Si hubieran creído en la estadística quizá no lo hubieran conseguido (o tal vez sí viendo el planteamiento que hizo el Getafe,o en este caso su pseudo-entrenador) Pero las estadísticas están para romperlas y ayer el Valencia rompió una, ganó en un campo donde nunca lo había hecho, donde nadie (excepto los valencianistas) creía en sus posibilidades. Marcó y mató el partido sin apenas despeinarse.

El punto negro ( o quizá no tan negro) fue la expulsión de Soldado por un acto de novato al propinarle un cabezazo a Carlos Marchena dejando a su equipo con diez. Pero cargan las tintas contra el Valencia, porque, amigos, no lo hacen contra Marchena, sino contra los que empezamos a molestar. Y creedme que esto me gusta, aunque sea muy injusto para el futbolista, hay un refrán que dice: "Ladran, luego cabalgamos." . ¡Que rajen! ¡Que rajen!. Aquí les estaremos esperando.

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Imagen en la que se ve claramente la cara de Marchena golpeando con saña la cabeza del pobre Roberto Soldado.